ELISA RUBY: TALENTO, ESFUERZO Y DISCIPLINA
Elisa Ruby Pereyra, joven y talentosa bailarina nacida en Estados Unidos, de padre estadounidense y madre boliviana tiene una promisoria carrera. Actuará en La Paz el 18, 24 y 25 de noviembre en el Teatro "Michael Donahue del Colegio Calvert
Fotografía: Archivo de la familia Ruby |
Con apenas 13 años tiene compromisos artísticos como
una profesional: viajes de por medio, responsabilidades y exigencias propias de
una artista de la danza.
La vida de Elisa por cierto no es la de una
niña común de su edad. Asiste a un curso de formación en ballet clásico en el
prestigioso centro Sarasota Cuban Ballet
School (SCBS) de Estados Unidos, en donde sigue el programa Pre
profesional. Ingresó a esta escuela que
ofrece un riguroso estudio que se caracteriza por formar a jóvenes talentosos, en la carrera profesional de
danza, con el famoso método cubano de ballet. De esta exigente escuela, los
bailarines pasan a formar parte de compañías como el Dance Theatre of Harlem,
el Milwaukee Ballet, el Cincinnati Ballet, el Tulsa Ballet, el Boston Ballet,
el San Francisco Ballet, el Ballet West y el Royal Ballet.
Claudia Pereyra, co-fundadora de CAP
Escuela de Danza, y madre de Elisa, nos confiesa que tuvo que tomar la difícil
decisión de sacar a su hija de la escuela formal, ya que la exigente formación
requeriría 26 horas semanales de estudio de ballet. Claudia, bailarina profesional, es también
pedagoga, lo cual le favorece a la hora de tener que apoyar a su hija todas las
mañanas a seguir un programa estatal de escolarización a distancia, para casos
especiales como el de Elisa.
Cada mañana – nos cuenta– ambas se
despiertan temprano para realizar una rutina de pilates en casa y luego
continuar la jornada matinal con los deberes escolares. De lunes a viernes,
Elisa asiste a sus clases de ballet desde las 14:00 hasta las 18:00, y los
sábados de 09:00 a 13:00. Aparte de estudiar los diferentes estilos y
géneros de danza, Elisa toma clases de elongación, una vez por semana, para mantener
y reforzar la flexibilidad ganada cuando practicaba gimnasia artística. Los
días jueves, después de su rutina de ballet, viaja hasta Orlando, para tomar
clases privadas de jazz y contemporáneo.
Forografía: Archivo familia Ruby |
Elisa visitó La Paz recientemente, donde se
presentó, como invitada especial, para desempeñar roles de solista en el
espectáculo de aniversario de los 25 años de la escuela de danza CAP, de
propiedad de su familia. Retornó a Estados Unidos, al concluir sus
presentaciones, los días 7 y 8 de noviembre, con el SCBS donde participará en la obra “Carmina Burana”, para retornar a La
Paz el 18, 24 y 25 del mismo mes, ocasión en que la escuela CAP presentará Coppelia, una de las famosas obras del
repertorio que conjuga la danza clásica, la danza de carácter y la pantomima.
Elisa hará el papel de la muñeca, uno de los personajes protagónicos.
Para llevar una vida como la de Elisa, se
necesita un sólido apoyo familiar, no cabe duda. Así, su madre se convirtió en
el principal pilar para que esta talentosa joven pueda cumplir su sueño de ser
una bailarina profesional, el mismo que lo alcanzará gracias a su esfuerzo
personal, su pasión y una formación de primer nivel.
Claudia, su madre, reconoce haberse sentido
agotada más de una vez: “He tenido momentos difíciles, pues debo apoyar en los
estudios a Elisa; viajar más de 100 millas para llevarla a sus clases. Muchas
veces he tenido que conducir hasta cuatro horas en un día”, relata.
La joven bailarina, entra sigilosamente a
la sala donde dialogo con Claudia, pues se prepara para la presentación de la
noche. Su grácil figura y su dulce sonrisa me dicen que es feliz con lo que
hace. Y me confiesa: “Me siento increíble.
La altura no me afecta nada. Las niñas de la escuela (refiriéndose a las
estudiantes de CAP) son muy dulces y buenas conmigo”.
“La danza es mi vida, si no fuera por la
danza no sé quién sería”. Elisa es consciente del apoyo y sacrificio de su
madre. Y con un gesto noble de reconocimiento, dice: “En mi vida mi mamá es el
soporte, porque ella hace todo para mí, desde la mañana haciendo la escuela
conmigo hasta la noche, manejando de Orlando a Tampa”.
En este camino del arte de la danza, Elisa
no sólo tiene grandes condiciones, pues ha sido considerada como “niña prodigio”,
sino además, cuenta con todas las oportunidades que le brinda el medio en el
que vive: grandes escuelas, programas de profesionalización, afamadas compañías
que abren sus puertas a talentosas estudiantes como ella, y por sobre todo,
tiene el apoyo decidido y apasionado de su familia, y el de su madre en
particular”. Elisa llegará muy lejos. Nos dice que en sus sueños se ve “bailando
en el Bolshoi de Rusia.”
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La versión impresa de este artículo fue publicada por primera vez en La Razón - Suplemento Tendencias, el 31 de octubre de 2018 en: ww.la-razon.com/suplementos/tendencias/Danza-Elisa-Ruby-claves_0_3029097136.html
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