El cuerpo, territorio que habitamos

Un diálogo con Sylvia Fernández 
Coordinadora de Danzénica

Festival - Encuentro Internacional de Danza Contemporánea, programado para su realización en la ciudad de La Paz, 18 al 27 de septiembre de 2015



Nota.- Esta publicación corresponde a la versión original de la entrevista con Sylvia Fernández, realizada en la casa de la artista, el día martes 8 de septiembre, y proporcionada como colaboración al semanario cultural "Tendencias" del diario La Razón, cuya versión editada fue publicada el domingo 13 de septiembre.

Compañía Periferia (Colombia) Fotografía: Leonardo Mercado


Compañía Vidanza (Bolivia) Fotografía: Antonio Suárez 
Obra "Toay", Luis Monroy (Argentina). Fotografía: Archivos Festival

Nuestro cuerpo es el territorio que habitamos. Un concepto ampliamente trabajado y reflexionado desde distintas disciplinas y también desde la danza. En este diálogo, la coreógrafa y coordinadora del Festival, comparte sus sentires y pensares al respecto.  

“El cuerpo es nuestra manifestación ante el mundo, es ahí donde están nuestros sentidos, donde habitan nuestras emociones. El cuerpo es una integralidad que incluye lo emocional, lo intelectual, lo racional”, dice Sylvia Fernández, Directora de la compañía “Vidanza” y Coordinadora de “Danzénica”, Festival - Encuentro Internacional de danza contemporánea, que en su cuarta versión ha elegido como hilo conductor el cuerpo concebido como “territorio”.

Sylvia Fernández es una artista y gestora cultural que en los últimos tiempos ha impulsado un importante movimiento dentro del campo de la danza contemporánea en Bolivia, tanto desde la compañía que dirige, como generando sinergias y encuentros entre creadoras y creadores de la danza, a través de “Danzénica”, un espacio que se ha consolidado no sólo como escenario para la exhibición de obras danzarías, sino como lugar de encuentro y de reflexión.

En esta ocasión conversamos con Sylvia, para conocer los motivos y pretextos de este nuevo encuentro que tiene carácter internacional, gracias a la presencia de compañías de Colombia, Brasil, Costa Rica, Argentina y por supuesto Bolivia.

Tania Delgadillo (TD): El territorio es un concepto que nos habla del poder sobre el espacio, así al referirnos a un territorio estamos hablando de los diferentes poderes que se ejercen sobre un espacio, delimitándolo y diferenciándolo de otros espacios, entre otras cosas ¿Qué es lo que te llevó a proponer esta temática para este festival, y cómo entiendes tú este concepto de “el cuerpo como territorio”?

Silvia Fernández (SF):  La idea surge a raíz de una obra creada por Vidanza, que se llamada “Tu cuerpo… tu territorio”, una basada en la problemática de la violencia contra la mujer. Considero que el cuerpo es algo más que sólo nuestro contenedor. No es algo que tenemos, es algo que somos. El cuerpo es nuestra manifestación ante el mundo, y ahí están nuestros sentidos, nuestras emociones. El cuerpo es esa integralidad que incluye lo emocional, lo intelectual, lo racional. En la danza venimos trabajando el cuerpo desde niños, pero normalmente bajo estereotipos muy fuertes de un cuerpo idealizado. Otra consideración que está detrás de este concepto, para mí es que el trabajo que hace el cuerpo no es inocente, es decir que detrás de ese trabajo está una filosofía del cuerpo que sostiene el por qué en una determinada época el ideal de mujer, por ejemplo, era el de la mujer de ensueño, idealizada.

TD: Por cierto el desarrollo de la danza, al igual que otras artes, obedece a un contexto histórico determinado, y es así que podemos entender el por qué se buscaba en el ballet, por ejemplo, la elevación, lo etéreo. ¿Cómo concibes esa relación de los cuerpos con el contexto histórico en el que habitan?

SF: La concepción que se tiene del cuerpo es culturalmente construida, absolutamente responde al contexto de la época. No es casual que en la danza contemporánea desde que empieza la sociedad industrial, cuando empieza a cambiar el rol de la mujer y del hombre, también, en la danza, empieza a cambiar la relación con el cuerpo. Así surge la primera rebeldía que es: “no vayamos hacia el cielo”, sino “pisemos la tierra”, y “dancemos el aquí y el ahora” que desde la danza contemporánea se conecta, simbólicamente, a través de los pies descalzos, no sólo por el contacto con la tierra sino con la realidad, con “el aquí y el ahora”.

Danza y descolonización

Sylvia hace énfasis en los procesos de descolonización que se persigue y se vive en algunos países de América Latina, que para ella en danza exige estar conectado con el “aquí y con el ahora” y responder al momento histórico que nos toca transitar.

TD: ¿Qué significa para ti la expresión del “aquí, el ahora” en la danza? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué representa?

SF: Para mí es muy importante reflexionar sobre cómo estamos abordando el cuerpo desde la danza, y cómo estamos trabajando, en Latinoamérica y Bolivia, el tema de la descolonización. Y me pregunto: ¿Qué danza podemos hacer los cuerpos bolivianos desde nuestra historia? Me cuestiona el hecho de estemos entrenando horas de horas un cuerpo (refiriéndose al ballet) que pude ser muy estético, muy bello, pero que no es “nuestro aquí, ni nuestro ahora” sino que estamos reproduciendo estereotipos que vienen de otras historias, de otros países. Esta es una posición muy propia y de Vidanza, siempre hemos estado buscando hacer una danza con identidad propia.

TD. ¿Para ti, el estar ligado al “aquí y al ahora”, se relaciona con la identidad étnica, con lo indígena, necesariamente? ¿Dónde se ubican las diferentes identidades en tu búsqueda, en tus propuestas?

SF: Por ahora sí, con lo indígena, porque se lo ha negado siempre. Además esta apertura que tenemos en nuestro país nos invita a corporizar nuestras culturas, conectarnos con nuestras identidades culturales. Pasa por ver el cuerpo como algo que no es inocente, sino como un territorio de derechos. Cuando se violentan los derechos de las personas se violentan sus cuerpos. Ese “aquí y ahora” es también el rol que estamos jugando como mujeres y como personas, por ejemplo pasa por la batalla que estamos librando ahora por el arte y la cultura, como movimiento cultural ciudadano. Pensamos que el arte, por ejemplo, ha estado discriminado y relegado.  Por un lado, mi propuesta está orientada a buscar una danza con identidad y no necesariamente indígena, sino esa identidad que te construye y que no niega nada. Desde mi historia de haber estudiado ballet y danza contemporánea, reflexioné muchas veces que pareciera que ese tipo de danzas no tuvieran nada que ver con lo tradicional. Me daba la impresión de que lo contemporáneo estaba escindido del folklore, siendo éste muy fuerte en este país. Es pensar, en la danza contemporánea como algo que no excluye otras raíces, más bien que incluye la danza universal. Considero que desde la danza contemporánea podemos hacer obras sobre nuestros mitos, nuestras historias ancestrales, nuestras raíces indígenas o mestizas.

TD: La obra que vas a presentar, en esta ocasión, está relacionada con esta búsqueda y propuesta de la que nos hablas?. Háblanos un poco de ella.

SF: “Vecinos”, es una obra que la hemos hecho con tres coreógrafos. Mi parte trata de dos mundos que se encuentran. Entonces me pregunto de qué manera real  o imaginaria te dejas afectar por ese otro que está temporalmente en tu vida. Los vecinos podemos ser personas muy cercanas, pero muy distintas a la vez. Es el tema de la otredad. Represento a una comunidad acostumbrada  a moverse en sus códigos y luego aparece ese otro que se mueve con códigos muy distintos a los tuyos. Como eso de desestructura o te hace sentir tus debilidades y fortalezas porque te confronta con otra realidad, y ahí puedes tomar en camino de cerrarte o abrirte, o incorporar esa otredad y recrearte y comenzar algo nuevo. Esta obra se presenta el 23.

TD: ¿En tu cualidad de gestora, coreógrafa y bailarina, qué representa para ti este nuevo encuentro de danza?

SF: Representa una ruta que hemos seguido desde el primer Danzénica, que fue muy íntimo, hasta llegar a esta versión que se abre hacia afuera. Pues el primer Danzénica fue sólo de coreógrafos bolivianos. Esto era para encontrarnos y conocer desde dónde creamos, para qué y cómo es que estamos construyendo y acompañando el cambio social, desde lo que estamos haciendo. El primero y el segundo festival fueron muy íntimos, sólo entre coreógrafos bolivianos, y así luego se fue abriendo. “Cuerpo - Territorio”, en esta versión, es un llamado a que los creadores seamos capaces de comprender que el trabajo con el cuerpo, responde a colocar la mirada, la percepción en distintos aspectos de cómo concebimos la trasformación social desde el arte. Trabajar todo esto desde la danza, es pensar al cuerpo como la herramienta. Considero que la danza no puede quedarse sólo en lo técnico, tiene que ir más allá. Desde mi punto de vista, si la danza se queda sólo en el virtuosismo, como un fin en sí mismo, es una danza narcisista.

Sylvia, concluye que el arte en estos tiempos de profundos cambios sociales, debe ser capaz de acompañar, desde la profundidad que aporta la sensibilidad y conciencia corporal que otorga el trabajo de la danza a los sujetos, con cuestionamientos y reflexiones sobre nuestro lugar en el mundo. 


PROGRAMA DEL FESTIVAL -ENCUENTRO



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