Caminos de “ida y vuelta” en el flamenco de Milena Tejada

Con ocho presentaciones en Bolivia, la Compañía Milena Tejada, junto a Álvaro Mora, Indira Aparici y Roberto Montaño, deleitó con el espectáculo de flamenco, que el público aplaudió de pie en varios de los escenarios donde se presentó “Creciente”, que inició su gira el 7 de diciembre de 2023 en Santa Cruz y cerró en La Paz en Casa Grito, el 19 del mismo mes. Alrededor de 1.500 espectadores, en diferentes teatros de las ciudades de Santa Cruz, Sucre y La Paz, vivieron y gozaron la experiencia de mano de estos jóvenes profesionales de un arte en constante transformación, que expresa caminos de ida y vuelta, tradición y lenguajes propios. 

  Fotografía: Vassil Anastasov    

                                                                                         

“Creciente” fue un espectáculo de una alta calidad artística, que representó un “reto creativo”, como lo señala la bailaora, coreógrafa y directora, Milena Tejada, boliviana que reside en Sevilla, quien por primera vez, presenta su trabajo en el país, en formato de concierto, junto a su compañía, conformada por artistas como Álvaro Mora, compositor y guitarrista de flamenco, que cuenta con varios galardones en España, quien tuvo a su cargo la dirección musical de las piezas que forman parte del programa; y los cantaores Indira Aparici y Roberto Montaño, jóvenes talentos españoles, quienes, en conjunto, han tenido la virtud de mostrar un trabajo prolijo y armónico, reflejando una unidad bien lograda. 

Producto de una formación académica, técnicamente correcta y pulida, este elenco también nos ha mostrado que el flamenco es un arte vivo, que, si bien su lugar por excelencia está en los tablaos, no se limita sólo a estos espacios, únicamente. Al ser hoy un arte universal, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, por ser justamente una expresión cultural que nace y se desarrolla gracias a la mezcla de varias culturas: árabe, judía y la de los gitanos que llegaron a Andalucía, y que se extiende a otras regiones de España, con una influencia, además, de la música negra americana –es así que el flamenco es también una expresión de “ida y vuelta” –; es decir, que no se puede encasillar a esta expresión artística, que en la actualidad sigue su camino de diáspora, generando nuevos lenguajes y estilos que le van poniendo los bailaores que provienen de la danza clásica y contemporánea, entre otras procedencias.  En ese camino pareciera estar este elenco, que no se encaja precisamente en el flamenco meramente tradicional u ortodoxo, pero que a la vez no busca ser de vanguardia. Su propósito es seguir creciendo, perfeccionando, profundizando y creando un lenguaje propio, sin dejar de lado elementos de la tradición. 

Sin embargo, más allá de las vertientes múltiples y diversas, hay elementos que deben estar presentes en el flamenco, y que son parte de su esencia: el cante, el baile y la guitarra, principalmente; y con ellos, la pasión, el sentimiento, la fuerza, el ritmo preciso del taconeo, que han sido los ingredientes de este espectáculo. La improvisación, es también un elemento esencial, del que no podemos dar cuenta, ya que “Creciente” tiene una estructura, una narrativa y una coreografía. 

                                                                   Fotografía: Vassil Anastasov

Hay un embrujo que provoca el flamenco; lograrlo no es tarea fácil. Captando el sentir del público que asistió al T.M. Alberto Saavedra Pérez y al Teatro Nuna de La Paz, (funciones a las que tuve el privilegio de presenciar), podemos decir que fue en este último donde se generó mayor proximidad y conexión entre el público y los artistas. 

Me animo a decir que, en teatros mediados y espacios más íntimos, es donde el espectáculo ha funcionado mejor. Sin embargo, el baile “Alegrías” se lució con todo su esplendor en el T. Municipal Alberto Saavedra Pérez, ya que, el ingreso de la bailaora por el pasillo de la platea, desde donde ascendió al escenario, fue un acierto, anunciando la majestuosidad de la pieza, que desde ya se impuso con el traje de bata de cola, al que se sumó el magistral manejo de Milena, tanto del chal como de la bata de cola, acompañado de sus elegantes movimientos de torso y brazos. 

Cante, toque y baile: los tres elementos del flamenco presentes

“Creciente” intercaló el baile con solos de guitarra y duetos de cante. A dúo, en los Fandangos, Indira Aparici y Roberto Montaño, hicieron vivir esa magia del flamenco. La guitarra de Álvaro Mora, Premio “Bordón Minero 2022” (festival de flamenco considerado como uno de los más prestigiosos del mundo), se lució con sus sonoridades brillantes y vivaces. Y como nota curiosa, estando de gira en Bolivia, el talentoso guitarrista, recibió la noticia de un nuevo galardón: la “Uva Flamenca 2023”. 

La propuesta de Milena, como directora, coreógrafa y bailaora, en este formato de concierto, buscó “engranar” (usando sus propios términos) sus “vivencias y conocimientos en un baile personal y representativo”. Quizá esa parte más íntima y personal, haya quedado en un segundo plano, y el público no haya llegado a captar del todo, cautivado más bien por la riqueza expresiva de cada uno de los palos, en sí mismos, y por la exquisita interpretación de los artistas, que giraban alrededor del baile de Milena; teniendo su protagonismo, entre baile y baile, tanto la guitarra como el cante.

Milena Tejada, quiso mostrar también los diferentes estilos o “palos” del flamenco tradicional: soleá, fandango, vidalita, taranto y alegrías. La fuerza, el sentimiento y la pasión estuvo presente en los artistas, con sus sellos personales, sin descuidar el aspecto técnico, dejando poco espacio a la improvisación (una de las características del flamenco).  

En general el público disfrutó del espectáculo, fue muy cálido, valoró el trabajo y la calidad de cada uno de los artistas, y se dejó cautivar por el baile elegante, detallista y preciso de Milena. Exigentes, técnicamente correctos, íntegros; promesas que tienen un camino amplio por donde transitar, para seguir dando frutos, así se mostraron estos artistas. 

 “Creciente”, un ciclo lunar

Fotografía: Vassil Anastasov

Con “Creciente”, Milena Tejada ha querido mostrar al público de su país, el resultado de una historia que empieza en Bolivia, sigue un recorrido, crece y se desarrolla fuera de su tierra natal, cual ciclo lunar, circular, que se cierra y a la vez se abre a una nueva etapa, para empezar, un nuevo tiempo en la Sevilla, que le abrió las puertas a una boliviana, que demostró su talento, su determinación y tesón, trabajando duro y sin pausa.  

Para Milena, “esta es la búsqueda eterna de una artista que no logra saciar nunca su afán de mejorar, de crecer, esculpiendo a cada momento una nueva visión de sí misma en el mundo, a través de la danza”, así define su ruta Milena Tejada, con humildad, con sencillez, pero a la vez con la fuerza y la garra que ya la ha llevado lejos y lo seguirá haciendo en esta su carrera artística. 

Fotografía: Vassil Anastasov

Milena Tejada, nacida en La Paz en 1998, desde muy joven empezó a mostrar su talento. En 2011, recibió el premio "Joven Promesa Artista" del Gobierno Municipal de La Paz. Habiendo iniciado sus estudios de danza clásica de muy niña; en la adolescencia hace su primera aproximación en las danzas españolas y el flamenco en La Paz, ganando el primer premio de "La Paz del Flamenco" en 2015. Continúa su formación profesional en la Fundación Cristina Heeren (Sevilla). Entre 2017 y 2018, co-dirigió "Estudios" para el Festival Flamenco de Montréal (Canadá), realizando giras en Norteamérica. En 2021, ganó el segundo premio en el Concurso de Baile Flamenco "Manolo Soler" y obtuvo la beca "Acciona" para continuar estudios en la Fundación Cristina Heeren. En 2022, formó parte del cuerpo de baile del Teatro Flamenco Sevilla. En 2023, ganó el tercer premio en el concurso "Flamenco Puro" en Jerez y el segundo premio de baile en el XXXIII Concurso de la Federación de Peñas de Andalucía. Actualmente, se presenta en destacados tablaos de Sevilla, como Las Setas, el Teatro Flamenco Triana y Los Gallos.