MUJER SIN FIN DE ANDRÉIA NHUR: EL CUERPO COMO UN ESPACIO EN EXPANSIÓN
Fotografía: Juan Espinoza - Andréia Nhur en Utópica, La Paz, Bolivia. |
La idea de que todo en la vida está en permanente
transformación, de que vivimos bajo el influjo del movimiento perpetuo, que la
piel es permeable, que otros seres forman parte de mi mundo y habitan mi
cuerpo. La noción de que las fronteras en el arte y los lenguajes se diluyen
para poder expresar y decir aquello que surge de la experiencia vivida y de las
verdades profundas, son algunas de las evocaciones que brotan de la obra Mujer sin Fin de Andréia Nhur.
Una verdadera
dramaturgia de la transformación, es este trabajo de Andréia, quien se define
como creadora y performer. Y no es casual que una artista como ella no quiera
encasillarse en una disciplina, pues en su trabajo utiliza variados recursos
expresivos, en una suerte de “multilenguaje”, donde la voz tiene un
protagonismo especial, pues es el resultado de un proceso de investigación
sobre la “vocalidad”, que lleva varios años en estudio.
Una obra de esta naturaleza, que es capaz de expresarse por
sí misma y conmover al público, sin necesidad de mayores explicaciones, sólo es
posible cuando la artista entrega, con total sinceridad, el resultado de un
largo proceso de reflexión, introspección y sensibilidad, además de un arduo
trabajo.
Andréia indaga desde hace 12 años sobre la “forma y el sentido como proceso
de agenciamiento del cuerpo en estados múltiples y discontinuos”, para producir
una obra que no tiene fin, es decir que muda cada vez, pero no desde un punto de
vista lineal, sino más bien orgánico, como los seres, como la vida, en
constante movimiento.
Otro elemento que forma parte de la obra, es la alusión a la
multiculturalidad presente en la construcción de las identidades, y que ella lo
expresa y cruza con una mirada de mujer, donde voces de otras mujeres de
distintas culturas y épocas se expresan y se manifiestan en su propia voz. De
ahí la utilización de diferentes idiomas para dar vida a personajes como Madame
Bovary, Lady Macbeth y Carmen Miranda, entre otras.
“Mujer sin fin” es una pieza que no permite
encasillamientos. Si pretendemos develar la episteme que subyace a este
trabajo, podremos decir, utilizando las categorías que usa Mora[1],
que el cuerpo es concebido en permanente construcción, así decimos que “(…) el cuerpo
se construye y esa construcción remite –entre otras cosas– a un uso, que en el
caso de la danza es performático y discursivo”. En el discurso que nos presenta
Andréia no existe un hilo narrativo lineal, hay presencias que habitan de
manera discontinua y atemporal, donde el subconsciente expresa su aspecto onírico
de manera aleatoria.
“Mujer sin Fin” devela también una mirada del cuerpo entendido
como espacio, un “locus para la
subjetivación”, generando una “imposibilidad de identificar sujeto/cuerpo”,
como diría Lepecki (2006) [2]. Así, este trabajo/proceso se abre a múltiples
interpretaciones; todas ellas capaces de
trastocar nuestra sensibilidad y de generar una experiencia artística abierta y
expansiva.
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Andréia Nhur se presentó el 1 de
mayo en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, y el 4 de mayo de 2018 en
el escenario del Centro Cultural Utópica de la ciudad de La Paz, Bolivia
Ficha técnica de la obra: Texto, creación performance: Andréia Nhur – Grupo Katharsis Teatro (Sao Paulo, Brasil) Colaboradores: Janice Vieira, Paola Bertolini y Roberto Gill Camargo.
[1] Mora,
Ana Sabrina (2010). Movimiento, cuerpo y cultura: Perspectivas
socio-antropológicas sobre el cuerpo en la danza
[2] André
Lepecky, escritor e investigador brasileño, especializado en performance, dramaturgia y coreografía. Lepecki, André (2006). Danza extenuante: el
rendimiento y la política del movimiento. Nueva York: Routledge.
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